La conquista del Perú


En 1531 llega a Perú, lugar de la muerte por viruela del Inca Huayna Cápac, lo que desató a su vez una guerra civil que enfrentó a los sucesores, Atahualpa y a su hermano, el Sapa Inca Huáscar. Pizarro se adentró temerariamente en el territorio inca con 180 soldados y 37 caballos, se dirigió a Cajamarca, donde toma prisionero a Atahualpa (16 de noviembre de 1532), y a pesar de haber recibido el rescate más alto de la historia le manda ajusticiar bajo los delitos de sublevación y mandar ejecutar a Huáscar, aunque Pizarro se niega a quemar vivo al Inca.

Mantuvo una estrecha alianza con la nobleza del Cusco, partidaria de Huáscar, lo cual le permitió completar sin apenas resistencia la conquista del Perú. Tras nombrar Inca a un hermano de Atahualpa, Túpac Hualpa, marcha al Cusco, capital del Imperio Inca, ocupándola en noviembre 1533. Su hermano Juan es nombrado regidor de la ciudad. Contrajo matrimonio bajo el rito católico con la hija del Inca Huayna Cápac, Quispe Sisa, bautizada como Inés Huaylas Yupanqui, con la cual tuvo una primera hija que llamó como su padre, Francisca Pizarro Yupanqui y Gonzalo el segundo hijo del Conquistador, que murió joven. Francisco Pizarro ordenó la ejecución de Atahualpa, a pesar de su aparente cariño por él mientras estuvo prisionero. El 18 de enero de 1535, fundó en la costa la Ciudad de los Reyes, pronto conocida como Lima, y Trujillo, con lo que se inició la colonización efectiva de los territorios conquistados. Mientras tanto, su hermano Hernando, que había partido a España para entregar el Quinto del Rey a la corona, regresó portando el título de marqués para su hermano Francisco, y el de adelantado para Almagro, al cual se le habían concedido 200 leguas al sur del territorio atribuido a Pizarro.

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